lunes, 16 de junio de 2014

Castillos que son praderas




En la comarca de la Sierra Sur de Jaén se encuentra el Castillo Calatravo de Alcaudete, uno de los mejor conservados de la provincia. El castillo fue erigido en lo alto de un  cerro aprovechando los propios desniveles del terreno. La ubicación del mismo y las propias características de una construcción militar de la época musulmana hacen pensar que los niveles de accesibilidad del monumento estarán lejos de permitir que un grupo de personas con gran discapacidad física puedan vivir la experiencia de recorrerlo y disfrutar de casi todos sus rincones.


Pero el Castillo Calatravo de Alcaudete es un “viejo conocido” de FEJIDIF y Puedo Viajar,  y sabemos que las labores de rehabilitación y acondicionamiento que se hicieron del castillo y sus inmediaciones fueron admirables y un buen ejemplo de cómo  “capacitar” un monumento respetando su sabor y su historia.  Esto lo pudimos comprobar todos los componentes de la Casa de Oficios Jaén 2.0 cuando hace unos meses estuvimos trabajando en Alcaudete diagnosticando los distintos recursos turísticos de la localidad.

Por eso estábamos convencidos de que podíamos enfrentar con éxito nuestro siguiente reto: organizar y ejecutar una vista guiada con un  grupo de personas con un alto nivel de movilidad reducida al Castillo Calatravo, una de las fortalezas más deseadas e inexpugnables de la Ruta del Califato.

El día escogido para nuestro particular “asalto” fue el 10 de junio, con la colaboración del Ayuntamiento de Alcaudete que se hizo cargo de la gestión y coste de las entradas a la fortaleza. Llegamos a la falda del castillo a las 11:00 de la mañana, donde nos recibió y dio la bienvenida Valeriano Martín, Alcalde de la localidad. A continuación nos pusimos en marcha (unos con sus sillas de ruedas eléctricas, otros con el apoyo de nuestros trabajadores de la C.O. Jaén 2.0)  para salvar un paseo con un fuerte desnivel hasta la entrada de la fortaleza. Una vez allí pudimos recorrer el castillo (excepto la Torre del Homenaje y el Aljibe de la Torre) de la mano de Manolo, magnífico guía de la empresa Actual que gestiona las visitas. Gracias a sus explicaciones y las facilidades que nos ofreció pudimos conocer cómo era la vida en la fortaleza en épocas de la reconquista e incluso pudimos disfrazarnos con ropajes de la época.

Todo fue según lo previsto y después de las dos horas que duró nuestro particular viaje en el tiempo volvimos a Jaén con nuevas experiencias y nuevas cosas por contar. Durante este tiempo pudimos devolver el castillo a la normalidad llenándolo de la diversidad de la que está hecha la vida misma.

Y aprendimos gracias a las caras de satisfacción y sorpresa, a las expresiones y a los comentarios de los que nos acompañaron, y que por primera vez pudieron disfrutar de vistas increíbles desde las torres de un castillo inexpugnable, lo importante que es la labor de arquitectos,  administradores y profesionales del turismo para las risas y el ocio de todas las personas.
Porque construir buenos contextos es crear experiencias memorables.

Porque “a un caballo no hay que enseñarle a ser caballo, hay que darle un pradera”


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